Mientras Venezuela se está hundiendo en una crisis política, su economía está a punto colapsar: hiperinflación, escasez alimentaria, malnutrición, extrema pobreza… La vida diaria de los venezolanos se vuelve cada vez más complicada, el pueblo tiene hambre. Los supermercados están casi vacíos y las colas de espera se alargan. Incluso los alimentos de primera necesidad como el azúcar o la harina se encuentran escasos en las tiendas y el país tiene que importar estos productos del extranjero.